jueves, 24 de diciembre de 2015

La importancia de la evolución espiritual

Si nos preguntamos, ¿por qué tenemos que dedicarnos a la práctica de la Verdad y desarrollarnos espiritualmente? La respuesta sería: porque todo es inconstante, todo cambia, y no podemos evitar la muerte.



La Verdad es la práctica o la corriente mediante la cual superamos los sufrimientos y descubrimos nuestra auténtica conciencia, el Verdadero Ego. El budismo original y el yoga pertenecen a esta corriente.

Antes que nada, tenemos que tener en cuenta que nuestra conciencia aspira a tener alegrías estables. Sin embargo, todo lo que nos rodea es inconstante y es incapaz de darnos la autentica alegría y felicidad. La inconstancia nos trae sólo sufrimientos, y nos sumergimos en estos sufrimientos debido a nuestros deseos mundanos.

Existen tantas causas que turban la conciencia que a la sociedad contemporánea incluso la llaman la sociedad del estrés. Y la conciencia incapaz de aguantar el estrés empieza a enfermarse. En la actualidad son corrientes la adicción al alcohol y las drogas, autismo, maltrato, insomnio, gula, anorexia, síndrome de cansancio, psicosis maníaco depresiva, hipocondría, etc. Una gran cantidad de personas, desde los niños hasta los ancianos, sufren; aumenta la cantidad de los crímenes graves y crueles. Incluso cuando no se llega a las enfermedades y los crímenes, una gran cantidad de personas sufren debido a los problemas de la conciencia.

Pues bien, uno tiene tomar conciencia de que la verdadera causa de las turbaciones de la conciencia se encuentra dentro de nosotros mismos. ¿Y qué podemos hacer para liberar la conciencia de la inquietud y obtener una conciencia serena? Las personas suelen buscar la causa de sus sufrimientos en el mundo externo, por ejemplo, las condiciones que generan estrés, las condiciones en las que uno creció, la experiencia pasada, etc. Por supuesto estas causas ejercen su influencia, pero la causa esencial se encuentra dentro de la conciencia. Si la conciencia es fuerte, uno no recibe la influencia del mundo externo. Si ustedes reflexionan sobre este concepto, van a tomar conciencia de que encontrándose en las mismas condiciones hay personas que experimentan estrés y hay otras que no lo experimentan en absoluto.

La verdadera cara del estrés son los deseos mundanos. Debilitando los deseos mundanos uno puede liberarse del estrés. Los deseos mundanos de otra manera se puede llamar egoísmo. Los deseos mundanos desordenan la mente y causan muchos sufrimientos, por que es imposible satisfacer la esencia de estos. Los deseos aumentan ilimitadamente. Para satisfacer un deseo hay que crear ciertas condiciones externas, y al aumentar los deseos, aumenta la brecha entre los deseos y la condiciones externas. En ese momento uno experimenta estrés. Por ejemplo, uno quiere que lo reconozcan y respeten y no lo respetan; quiere comprar algo y no puede, etc. Hay una infinidad de deseos.
De modo que para liberarse del estrés hay que eliminar la brecha entre los deseos mundanos y las condiciones externas.

Existen dos maneras de eliminar el estrés:
1) creando condiciones externas en las que se puede satisfacer los deseos;
2) disminuyendo los deseos

Se puede decir que el primer modo es usual y corriente. La humanidad durante toda su historia trataba de crear las condiciones en las que sería posible satisfacer los deseos mundanos. ¿Y cómo fue el resultado? Se preparaban distintas condiciones, sin embargo los deseos aumentaban ilimitadamente y nosotros aspirábamos a las alegrías aún más grandes. ¿Y qué ocurre entonces? Debido a que la velocidad del aumento de los deseos mundanos supera mucho la velocidad de la preparación de las condiciones externas, resulta que es imposible resolver el problema así. Supongo que todos ustedes ya saben cómo la actividad de la sociedad del consumo masivo se refleja en la naturaleza, en el planeta, es decir, en nuestra casa. Si mencionamos algunos problemas de la actualidad, serán: la destrucción de la capa de ozono, el calentamiento global, la deforestación, la contaminación de los ríos, la contaminación del medio ambiente con la radiación y las sustancias venenosas como dioxinas, etc. Si las personas no cambian su modo de vivir, todo esto seguirá empeorando.

De modo que para liberar la conciencia de los sufrimientos tenemos sólo un camino, y es la disminución de los deseos mundanos. La perfecta destrucción de los deseos mundanos y la liberación de los sufrimientos son el objetivo final de la correcta práctica.

El budismo y el yoga predican que los deseos se pueden controlar de los siguientes cuatro modos:

1. sublimando la energía de los deseos o la energía del estrés;
2. uno se aleja de los deseos mundanos, y así se tranquiliza la conciencia;
3. se desarraiga el egoísmo por medio del cultivo de una gran conciencia altruista;
4. los deseos se rompen en pedazos (o se dividen en partes) por medio del análisis.

A medida que uno practica, se vuelve capaz de controlar los deseos, su mente se apacigua cada vez más y él empieza a sentir mayor satisfacción. Y cuando pueda controlar completamente los deseos, va a liberarse de todos los sufrimientos y experimentará la absoluta tranquilidad de la conciencia.

La práctica de la Verdad es magnífica, nos trae muchos beneficios, ya hemos dicho que la conciencia se tranquiliza. Otro beneficio es que fortalece la energía y gracias a esto se hace posible vivir según la propia voluntad. Uno vive teniendo distintos deseos: “Quiero ser rico”, “quiero casarme felizmente”, “quiero obtener alta posición social”, “quiero que me respeten”, etc. y algunas personas para cumplir sus deseos acuden a un templo, o a un médium, o usan otros modos. Haciendo así puede ser que los deseos se cumplan al principio, pero va a llegar el tiempo cuando esto dejará de suceder, y empezarán a ocurrir fenómenos negativos. Muchas personas experimentan esto. También ocurre a menudo que la persona cumple un deseo y no se satisface con eso, empieza a tener otros deseos, y así su conciencia se desordena cada vez más y ella se vuelve infeliz.

Sin embargo, hay un modo de cumplir los deseos de una manera segura y fidedigna y este modo se basa en la teoría del budismo y el yoga.

Cuando uno avanza en la práctica, en cierta etapa los deseos empiezan a cumplirse solos, y esto a uno no le trae desgracias, porque la práctica de la Verdad sin falta incluye la práctica de la acumulación de Méritos. Entonces, ¿qué son los Méritos? Son una energía psíquica que materializa nuestros deseos. O sea, para cumplir los deseos uno no puede prescindir de los Méritos.

Otro beneficio de la práctica es que mejoran las relaciones con otras personas. Las relaciones humanas son lo que más desgasta los nervios.

Llevarse bien con los demás es muy difícil, a menudo las relaciones humanas en seguida se destruyen debido a una pequeña falta de atención.

Se puede decir que en la mayoría de los casos uno se estresa debido a las relaciones con los demás. Uno experimenta sufrimientos tales como el apego, odio, envidia, desconfianza, etc. Entonces, ¿qué hay que hacer para que las relaciones sean armoniosas? Antes que nada es necesario profundizar la comprensión de la Ley del Karma. La Ley del Karma enseña que todo lo que uno hace le va a retornar y que el mundo externo es un reflejo de nosotros mismos. O sea, lo que ahora otras personas hacen a nosotros, alguna vez nosotros mismos hacíamos en el pasado o en las vidas pasadas. La causa de todos los fenómenos está dentro de nosotros. Cambiando esa causa interna podemos cambiar nuestro entorno y los fenómenos externos. La esencia de la Ley del Karma se reflejó también en distintos dichos populares: “Se cosecha lo que se siembra”, “Quien siembra vientos, recoge tempestades”, “El que hace trampas jugando, al infierno se va caminando”, “Lo que va, viene”, “El que las hace, las paga”.

Volviendo al tema de los beneficios, en realidad son muchos: se tranquiliza la conciencia, fortalece la concentración, se obtiene juventud y salud, se desarrollan distintas capacidades y sabiduría, uno conoce el mundo místico y la estructura del universo, etc. El objetivo final es destruir toda la ilusión de este mundo, todos los deseos mundanos y descubrir nuestra verdadera conciencia, la cual en sánscrito se llama Atman. Y el estado de la Destrucción Total de los Deseos Mundanos de otra manera se llama Nirvana.

Buda Sakyamuni nos dejó una doctrina que se llama la Ley de las Etapas del Surgimiento de las Condiciones. Dicha doctrina describe el proceso de la práctica espiritual. Vamos a ver la la esencia de todo el proceso. La Ligereza empieza con el Sufrimiento. La esencia de las “Etapas del Surgimiento de las Condiciones” es que el primer paso en el camino a la Liberación es la comprensión de que toda la vida es un sufrimiento.

Cuando la persona siente Sufrimiento, debido a la angustia le surge un fuerte deseo de alcanzar la Liberación. Esto se llama Fe. Cuando se obtiene Fe, empieza la práctica que lleva a la Liberación. Con la práctica se despierta el Kundalini (la energía espiritual). Con el despertar del Kundalini surge Alegría. Cuando la Alegría alcanza el Sahasrara chakra (la coronilla), aparece Placer. Cuando el Placer llena el Sahasrara chakra, surge Silencio. Cuando el Silencio llena el cuerpo, aparece Ligereza. Cuando la Ligereza llena el cuerpo y el alma, uno obtiene fuerte concentración, la que le permite entrar en Samadhi (Samadhi es el estado supremo de la meditación). Con la ayuda del Samadhi se obtiene la capacidad de comprender todo perfectamente; esto se llama la Visión del Correcto y Detallado Conocimiento. Al comprender todo uno toma conciencia de que la vida es una ilusión y llega a la Negación de Este Mundo. Cuando niega este mundo, Abandona los Apegos. Cuando la persona abandona los apegos, alcanza la Liberación. Junto con eso surge la convicción de la propia Liberación. Voy a enumerar los escalones de este proceso:
1. Fe;
2. Alegría;
3. Placer;
4. Silencio;
5. Ligereza;
6. Samadhi;
7. Visión del Correcto y Detallado Conocimiento;
8. Negación de Este Mundo;
9. Abandono de los Apegos;
10. Liberación-Separación.

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